El Efecto Mandela

El Efecto Mandela

Una definición formal, tipo enciclopedia, de qué es el Efecto Mandela sería: “Un fenómeno de percepción de la realidad en la que una gran cantidad de personas dicen tener claros recuerdos de cosas y sucesos que nunca ocurrieron o que son diferentes (poco o mucho) a lo que señala la historia. Los afectados por el Efecto Mandela recuerdan fuerte, clara y vívidamente algo, y cuando buscan evidencia de ello, encuentran que las cosas son distintas a como las recuerdan; pero no porque hayan cambiado de un tiempo a la fecha, sino que, de acuerdo con los registros históricos, nunca han sido de la forma en que las recuerdan, o en algunos casos incluso nunca sucedieron, por lo que sus recuerdos parecen no tener ninguna justificación”.
Se dice que no vemos las cosas como son, sino como somos, lo que significa que nuestra percepción varía de acuerdo con nuestro punto de observación, nuestras creencias, nuestras propias experiencias y expectativas; y al recordar las cosas, el cerebro toma en cuenta todo eso, y nuestras memorias se ven afectadas por los mismos factores. Si nos basamos en lo anterior podríamos pensar que el E.M. sólo es un tema de mala memoria, falsos recuerdos, falta de atención o alucinaciones.
En 2013, tras la muerte de Nelson Mandela (activista político que fue encarcelado por muchos años, para salir después y convertirse en Presidente de Sudáfrica y recibir el premio Nobel de la Paz), algunas personas comenzaron a preguntarse si él no había muerto ya, pues tenían recuerdos de su muerte años atrás en la cárcel. Es decir, según los recuerdos de algunas personas, Mandela nunca salió ni fue presidente.
Esto pudo tomarse como una locura colectiva, sin embargo, se convirtió en un objeto de estudio para la psíquica Fiona Bloome, quien comenzó a documentarlo y a quien le debemos el nombre de “Mandela Effect” -que a mí en lo particular no me gusta, pero es como ya se conoce-.
Fue en el año 2010, durante la convención conocida como Dragon*Con, en donde se encontraba Fiona Bloome, que al hablar de Nelson Mandela, varias personas dijeron recordar su muerte, y se sorprendieron de saber que para ese momento seguía vivo. A ella le pareció curioso e interesante y decidió darle seguimiento; así creó el sitio MANDELAEFFECT.COM, donde empezó a recopilar información al respecto.
Al principio hubo muy poca gente que se relacionara con ese recuerdo, pero poco a poco se fue dejando atrás a Mandela y surgieron otros ejemplos de recuerdos “diferentes”, y más gente empezó a notarlos y comentarlos. Hay quienes dicen haber empezado a darse cuenta de cambios mucho antes, pero hasta ese momento se hizo más o menos público gracias a que comenzó a difundirse por la web. Cabe entonces aclarar que el E.M. no surgió por Internet, pero se expandió por la red y se ha seguido propagando gracias a ella.

Ejemplos

1.Es Looney tunes, no Looney Toons



2.Jorge el curioso no tiene cola :v




3.El logo de monopoly no tiene un monóculo.





4. Muchos creen que Mickey Mouse, cuyos pantalones no tenían tirantes como se ve a la izquierda, en realidad los usaba como se ve a la derecha.


5. Logo de la Volkswagen, a la izquierda, en su diseño original y verdadero. A la derecha, el logo tal como se lo entiende en la distorsión colectiva.


6. Se supone que, enfrentados a los dos logos de Coca-Cola, la mayoría de la gente preferiría el de la derecha como auténtico, cuando el real es el de la izquierda.


7. La golosina "Kit Kat" se presenta como está a la izquierda. Sin embargo, el Efecto Mandela señala que el público tiende a verla con guión, como en la imagen derecha.



8. Logotipo de Ford, a la izquierda, tal cual ha sido históricamente. El de la derecha, es cómo se lo tiende a recordar o reconocer, sin el rizo de la letra F.


9. El espejo mágico y la reina malvada del cuento de Blancanieves, en la exitosa versión de Disney. El personaje nunca se dirige a él como "Espejito, espejito", pero así se ha contado el cuento tradicionalmente. Fuente imagen: Disney Wiki.


10. Caracterización de Frankenstein en la más famosa y trascendente versión cinematográfica, interpretada por Boris Karloff. Se observa que tiene los diodos o "tornillos" en el cuello y no en las sienes, como muchos creen.



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